Reflexiones en torno al encuentro entre el MPJD y AMLO
Y ante el polémico encuentro del Movimiento por Paz con Justicia y Dignidad, no hay que olvidar la capacidad de autocrítica necesaria en la izquierda.
El día 28 de mayo, el poeta Javier Sicilia quien
representa al Movimiento por Paz con Justicia y Dignidad se entrevisto con los
cuatro candidatos por igual. A los cuatro criticó y les exigió que haya cambios
reales y una sensibilización sobre el gran camposanto que ha envuelto en dolor
a México por ya casi 6 años. A todos
recriminó en sus puntos que podrían ser corregidos, sin embargo, sorprende la
poca capacidad para aceptar la crítica por parte de Andrés Manuel López Obrador
y algunos de sus seguidores.
Si
bien algunas de las acusaciones del poeta a AMLO, no son de gran relevancia
como la recriminación de mesiánico y autoritario (que no lo es); sí hubo otras
de gran peso. Una de ellas (la más importante), la incapacidad autocrítica para
señalar y castigar las corrupciones de muchos miembros de su partido. El
tabasqueño se defendió respondiendo: “Javier, a mi no me puedes meter en el
mismo costal”. Andrés Manuel, con todo respeto, defiéndete con argumentos; tu
proyecto de nación es la posibilidad de sacar adelante algo de esta nación que
habita en la más soez miseria, ¿por qué no respondes a estos cuestionamientos?
Y no es poner en el mismo saco a AMLO
con asesinos y mentirosos como Enrique Peña Nieto, Josefina Vásquez Mota y
Gabriel Quadri. Es ser crítico con su postura. Si en verdad va a suceder un
cambio verdadero, entonces ¿por qué no empieza por su partido? Ahora llama a
cumplir con los Acuerdos de San Andrés; no obstante, en la votación, siendo
presidente del PRD, se le dio la espalda a los mismos. De igual forma, nunca se
solidarizó ni apoyó a la gente que sufrió la violencia en Atenco; hasta que se
volvió mediático volteó a apoyar a Oaxaca contra Ulises Ruiz. Hasta hoy, de su
boca no ha salido una sola palabra que recrimine a Ángel Aguirre por asesinar
estudiantes (Ayotzinapa) en Guerrero; que critique a el gobierno “progresista”
de Morelia que golpea estudiantes; que increpe a Juan Sabines (monstruo que él
impulso) por asesinar, torturar y desaparecer zapatistas y gente que lucha por
el “cambio verdadero” en Chiapas; por si fuera poco, los cuestionables
plurinominales como Bartlett (quién fuese señalado por la izquierda como el
artífice del fraude del 88) o el famoso prestanombres que ataco a Aristegui; o
el camaleónico Porfirio Muñoz Ledo quién ha transitado por los 3 partidos
(PRI,PAN,PRD) según le es más favorable.
Entristece, pues, que la izquierda se niegue a
aceptar la crítica. Peor aún, que se quiera caer en la “unidad” en la cual
todos piensen en lo mismo. Eso señoras y señores, son prácticas de la derecha.
Si algo caracteriza a la izquierda es la diversidad de pensamientos que la
nutren. Otro factor que vuelve a la izquierda un motor de cambio, es su
capacidad para ser críticos. Si el movimiento de AMLO se dedica a demeritar o
descalificar cuestionamientos; se estará
autocondenando a la derrota. Es momento de cambio, de apoyar al candidato de la
izquierda, pero jamás ha sido más importante estar abiertos a la pluralidad de
pensamiento y abrir los oídos a críticas legítimas, válidas y dignas.
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